sábado, 24 de enero de 2009

La máquina infernal

La de hoy ha sido una mañana atípica. Me he levantado pronto (¡gracias, gatos, por pasearos sobre mi cara y luego salir corriendo como si os persiguiera un bull-dog...!) y encima hace un aire que ni el tornado del Mago de Oz. Así que de pasear nada.

Para que la puñetera dieta surta efecto no solo hay que pasar más hambre que el perro de un ciego, sino que encima hay que hacer eso que algunos llaman "deporte" y yo llamo "por-qué-andar-cuando-se-puede-ir-en-coche". El caso es que con el tiempo que hace hoy la única solución para ejercitar los vigorosos músculos de mis piernas es bajar al sótano y usar la máquina infernal: la cinta de correr. Menos mal que ahora tenemos el proyector instalado. Dicho y hecho: enchufo el proyector, pongo el TDT con Teledeporte (estaban echando una competición de saltos de snowboard muy chula), le quito la voz y en el 5.1 pongo a todo trapo un CD de música dance. A andar se ha dicho.

La experiencia debo decir que ha sido positiva. Tras tragarme la competición de saltos de snowboard, un par de avances de carreras de coches, diez spots publicitarios de barritas energéticas y bebida isotónica y más de la mitad del partido de rugby entre Biarritz y Glowcester (por cierto, ¡qué brutos son!), he andado una horita. Cinco kilómetros en total. Bueno, no es la media maratón de Santa Pola pero por algo se empieza, ¿no?

Mi próximo reto tras superar el de la máquina infernal es usar "el aparato del demonio": el banco de musculación. Pero hoy no, que estoy cansado...

viernes, 23 de enero de 2009

Tras una semana... plof. La mancha.

Por si alguien aún no lo sabe, sí: estamos a dieta. Los dos. Tela.

La semana pasada fue de mala ostia total. Todas las comidas sabían igual: verde y algo a la plancha, verde y algo a la plancha... Odio la plancha. Y el verde.

Para colmo de males está la segunda parte de la película: el matasanos. Pasas por el vampiro, te chupan la sangre, la analizan (seguro que cambiandola por la del paciente de al lado o recogiendola del suelo tras un accidente de laboratorio) y te sacan una hojita llena de asteriscos diciéndote que tienes no-se-qué sub-no-se-cuantos, pero que no te preocupes, que todo es cuestión de cambiar de hábitos... En fin, que esta historia que acaba de empezar se prevé larga.

Todo estuvo funcionando como la seda durante unos días: desayuno frugal, almuerzo prácticamente inexistente (al menos para lo que estábamos acostumbrados), comida ligera y sana, una horita de paseo a ritmo maratoniano y para cenar poco, muy poco. Y de repente llegó Vicente de Madrid y ¡plaf! La mancha. Comida en el mejicano a base de cosas saludables: frijoles con carne, quesadillas, burrito (con mucha salsa, por favor), carne con salsa de chocolate picante, tarta de manzana (Vicente se pidió una "Muerte por chocolate", que ya solo por el nombre denotaba no ser demasiado sano...), sorbete de limón y café solo. Joder, solo faltaba la copa de orujo y el puro... Creo que me he saltado la dieta para lo que queda de Enero y todo Febrero.

Esto es solo el principio. Seguiremos informando.