miércoles, 15 de septiembre de 2010

Como diría Martes y 13: "El retonno"

Bueno, pues tras haber abandonado en mi anterior intento a las primeras de cambio, he vuelto a las andadas: estoy oficialmente a dieta. Mi mujer estuvo el lunes en el endocrino y nos hemos puesto los dos a dieta y a hacer ejercicio. Sí, lo sé: "de nuevo". Pero esta vez es distinto. Esta vez... ES LA BUENA.

Ayer empezamos ambas cosas. Por la mañana, tostadita con poco aceite y manzanilla. A media mañana, un plátano. Al mediodía un poco de verdura a la plancha y un poco de carne. Por la tarde, un melocotón y un yogur. Y por la noche, una ensaladita y pechuga de pollo a la plancha. La verdad es que no comimos mal. Entre la merienda y la cena, una horita andando.

Creo que de todo lo relacionado con la dieta (el hambre, el ejercicio, etc), lo más puñetero es la enooooorme fuerza de voluntad que necesitas para vencer el aspecto psicológico del tema. Verte privado de la posibilidad de hacer algo aumenta de forma proporcional las ganas de hacer ese algo. Por tanto, cuando te pones a dieta los momentos en los que no tienes nada que hacer son un fastidio, porque estás todo el rato pensando en acercarte a coger algo, tomar algo, picar algo... y no puedes. En cualquier caso, tanto ayer como hoy hemos conseguido vencer esa falsa necesidad y obligar a nuestro cuerpo a mantenerse serio. Creo que en una semana o semana y media habremos superado este "mono" de picotear entre horas o de comer hasta saciarnos y nos habremos acostumbrado a "quedarnos bien" a secas.

Otro cantar es el ejercicio. Creo que desde que comencé mi vida laboral como informático no he hecho más ejercicio que el de las veces que me he puesto a dieta (como ahora) y el que he practicado de forma ocasional cuando algún colega me ha liado para jugar a squash, tenis, baloncesto, fútbol o lo que sea (y prácticamente he echado los higadillos, oiga...). Pero bueno, es lo que toca, así que... ¡¡a por todas!!

Para escarnio público y para recordarme por qué estoy aquí haciendo esto en lugar de tomando cervezas con mi mujer tirado en el sofa, publico los siguientes datos:

- Peso actual: 122 kg
- Altura actual: 182 cm
- Talla actual de pantalón: 56

Igualmente, para que dentro de un año o año y medio pueda reirme un rato de lo "fondón" que estaba, dejo constancia de mi nivel de resistencia física con las máquinas del sótano en mi primera sesión (la de hoy):

- Bicicléta elíptica: 15 minutos (10 min + 5 min) en nivel 1. Sudando a mares.
- Cinta: 25 minutos (10 min + 15 min) en velocidad 5.5
- Aparato de musculación:
- 40 repeticiones (2x20) frontal. 10 kg de carga.
- 40 repeticiones (2x20) mariposa. 10 kg de carga.
- 40 repeticiones (2x20) piernas. 10 kg de carga.

Lamentable.

sábado, 21 de febrero de 2009

Analíticas, analíticas, analíticas...

Bueno, pues ya tocaba. Tras varios años (sí, oiga, años...) de no hacerme analíticas ya tocaba hacerse una. Y me la hice...

Primer paso: la extracción de sangre. Joder, si es que odio coser por no pincharme y tenía que ir al vampiro a que me pincharan voluntariamente... Total, que no pude dormir por la noche pensando en el pinchazo de la mañana siguiente. Me acompañó Susana por suerte (supongo que por si me desmayaba o algo...) y cuando me tocaba el turno ¡zas!: no la dejaron entrar. Tres ATSs, tres cubículos de extracción... Parecíamos vacas en el matadero. Menos mal que me hicieron la pregunta del millón:

- ¿Se suele marear Ud.?
- ¡¡¡SIIIIIIIII!!!
- El señor estará de broma, ¿no?
- ¡¡¡NOOOOO!!!
- Bueno, pues pase a la camilla del fondo y túmbese porque si se nos desmaya aquí no podemos levantarle ni entre las tres...

Total que paso a la camilla del fondo, me descamiso, me tumbo y le murmuro a la enfermera algo así como "siento las molestias que les estoy causando". ¿Sabéis lo que respondió?

- No, tranquilo, si con los niños nos pasa mucho...

Hay que joderse. Viva la seguridad social...

Segundo paso: Los resultados. Bueno, pues al cabo de unas semanas ya estaban los resultados, así que a pedir cita con el médico tocan. Tras una espera adecuada (media horita o así) nos hacen pasar y al decirle que queríamos saber los resultados de los análisis va y suelta con cara seria:

- Tengo que darle una...

Ya está. Seguro que soy diabético, tengo el colesterol a 4000 o la tiróides se está subiendo por las paredes. Bueno, a ver que termine la frase

- ... alegría. Los análisis están perfectos.

Yo flipo. Seguro que me han dado los análisis del vecino o algo... Bueno, por si acaso, los pongo aquí, que para unos análisis chulos que tengo hay que lucirlos








En fin, que los análisis están guay. Pero ¿y la tensión? Glups... Ahí la cosa ya no está tan clara. El jodío del médico me la tomó por sorpresa, con alevosía y nocturnidad. Y no me quiso decir ni los resultados. Me dio una tarjetita para que me la fuera tomando durante unos días y... a ver que pasa. Vamos que es más que probable que acabe con pastillita.

La verdad es que no me importa tener que medicarme... Eso sí: los beta-bloqueantes ni olerlos, que ya me han dicho que pueden generar impotencia. Prefiero vivir quince años menos :D

Ya os seguiré contando...

domingo, 8 de febrero de 2009

Día de presentaciones...

Bueno, pues después de tanto criticar a la "máquina infernal" (la cinta de correr) y el "aparato del demonio" (el banco de musculación), creo que es justo que al menos os los presente de forma oficial para que podáis ver exactamente a qué me estoy refiriendo. Así que ahí van:

La máquina infernal

El aparato del demonio

También os dejo otra del momento fatídico en el que se me ocurrió la (in)feliz idea de montar el aparato del demonio en el sótano... La verdad es que hay días que uno no debería levantarse de la cama...

Genial idea: montemos el gimnasio... cagontó

Bueno, pues ya han quedado hechas las presentaciones oficiales. Al menos ya sabéis con qué estamos bregando día sí día también. De todas formas, debo decir a favor de estos aparatos que su uso es como los dientes: joden al principio, pero luego ayudan un montón...


sábado, 24 de enero de 2009

La máquina infernal

La de hoy ha sido una mañana atípica. Me he levantado pronto (¡gracias, gatos, por pasearos sobre mi cara y luego salir corriendo como si os persiguiera un bull-dog...!) y encima hace un aire que ni el tornado del Mago de Oz. Así que de pasear nada.

Para que la puñetera dieta surta efecto no solo hay que pasar más hambre que el perro de un ciego, sino que encima hay que hacer eso que algunos llaman "deporte" y yo llamo "por-qué-andar-cuando-se-puede-ir-en-coche". El caso es que con el tiempo que hace hoy la única solución para ejercitar los vigorosos músculos de mis piernas es bajar al sótano y usar la máquina infernal: la cinta de correr. Menos mal que ahora tenemos el proyector instalado. Dicho y hecho: enchufo el proyector, pongo el TDT con Teledeporte (estaban echando una competición de saltos de snowboard muy chula), le quito la voz y en el 5.1 pongo a todo trapo un CD de música dance. A andar se ha dicho.

La experiencia debo decir que ha sido positiva. Tras tragarme la competición de saltos de snowboard, un par de avances de carreras de coches, diez spots publicitarios de barritas energéticas y bebida isotónica y más de la mitad del partido de rugby entre Biarritz y Glowcester (por cierto, ¡qué brutos son!), he andado una horita. Cinco kilómetros en total. Bueno, no es la media maratón de Santa Pola pero por algo se empieza, ¿no?

Mi próximo reto tras superar el de la máquina infernal es usar "el aparato del demonio": el banco de musculación. Pero hoy no, que estoy cansado...

viernes, 23 de enero de 2009

Tras una semana... plof. La mancha.

Por si alguien aún no lo sabe, sí: estamos a dieta. Los dos. Tela.

La semana pasada fue de mala ostia total. Todas las comidas sabían igual: verde y algo a la plancha, verde y algo a la plancha... Odio la plancha. Y el verde.

Para colmo de males está la segunda parte de la película: el matasanos. Pasas por el vampiro, te chupan la sangre, la analizan (seguro que cambiandola por la del paciente de al lado o recogiendola del suelo tras un accidente de laboratorio) y te sacan una hojita llena de asteriscos diciéndote que tienes no-se-qué sub-no-se-cuantos, pero que no te preocupes, que todo es cuestión de cambiar de hábitos... En fin, que esta historia que acaba de empezar se prevé larga.

Todo estuvo funcionando como la seda durante unos días: desayuno frugal, almuerzo prácticamente inexistente (al menos para lo que estábamos acostumbrados), comida ligera y sana, una horita de paseo a ritmo maratoniano y para cenar poco, muy poco. Y de repente llegó Vicente de Madrid y ¡plaf! La mancha. Comida en el mejicano a base de cosas saludables: frijoles con carne, quesadillas, burrito (con mucha salsa, por favor), carne con salsa de chocolate picante, tarta de manzana (Vicente se pidió una "Muerte por chocolate", que ya solo por el nombre denotaba no ser demasiado sano...), sorbete de limón y café solo. Joder, solo faltaba la copa de orujo y el puro... Creo que me he saltado la dieta para lo que queda de Enero y todo Febrero.

Esto es solo el principio. Seguiremos informando.