Primer paso: la extracción de sangre. Joder, si es que odio coser por no pincharme y tenía que ir al vampiro a que me pincharan voluntariamente... Total, que no pude dormir por la noche pensando en el pinchazo de la mañana siguiente. Me acompañó Susana por suerte (supongo que por si me desmayaba o algo...) y cuando me tocaba el turno ¡zas!: no la dejaron entrar. Tres ATSs, tres cubículos de extracción... Parecíamos vacas en el matadero. Menos mal que me hicieron la pregunta del millón:
- ¿Se suele marear Ud.?
- ¡¡¡SIIIIIIIII!!!
- El señor estará de broma, ¿no?
- ¡¡¡NOOOOO!!!
- Bueno, pues pase a la camilla del fondo y túmbese porque si se nos desmaya aquí no podemos levantarle ni entre las tres...
Total que paso a la camilla del fondo, me descamiso, me tumbo y le murmuro a la enfermera algo así como "siento las molestias que les estoy causando". ¿Sabéis lo que respondió?
- No, tranquilo, si con los niños nos pasa mucho...
Hay que joderse. Viva la seguridad social...
Segundo paso: Los resultados. Bueno, pues al cabo de unas semanas ya estaban los resultados, así que a pedir cita con el médico tocan. Tras una espera adecuada (media horita o así) nos hacen pasar y al decirle que queríamos saber los resultados de los análisis va y suelta con cara seria:
- Tengo que darle una...
Ya está. Seguro que soy diabético, tengo el colesterol a 4000 o la tiróides se está subiendo por las paredes. Bueno, a ver que termine la frase
- ... alegría. Los análisis están perfectos.
Yo flipo. Seguro que me han dado los análisis del vecino o algo... Bueno, por si acaso, los pongo aquí, que para unos análisis chulos que tengo hay que lucirlos


En fin, que los análisis están guay. Pero ¿y la tensión? Glups... Ahí la cosa ya no está tan clara. El jodío del médico me la tomó por sorpresa, con alevosía y nocturnidad. Y no me quiso decir ni los resultados. Me dio una tarjetita para que me la fuera tomando durante unos días y... a ver que pasa. Vamos que es más que probable que acabe con pastillita.
La verdad es que no me importa tener que medicarme... Eso sí: los beta-bloqueantes ni olerlos, que ya me han dicho que pueden generar impotencia. Prefiero vivir quince años menos :D
Ya os seguiré contando...